Reflexiones de una adolescente deprimida.

Piensa en el momento, en el instante en el que todo se para, y no por estar con alguien , sino por estar contigo mismo. El único ser que permanecerá junto a ti hasta que mueras.
Piensa en la razón, en la duda, en las circunstancias, cuando de repente, sin motivo piensas, o ni siquiera, cuando dejas la mente en blanco acompañada de un cigarro o de la música que te inspira.
No recurres a nadie, recurres al anhelo, al suspiro, a la lágrima, al corazón, recurres a la sonrisa, o quizá al odio, recurres a tantas cosas que terminas perdiéndote en tu esencia.
Lo más curioso de esta mezcla de factores es que siempre consigues levantarte y jurarte a ti misma que eres lo mejor de este mundo -aunque sepas que no es cierto- consigues sin ayuda de nadie, darte cuenta que tu nombre y tu persona son exclusivos, que eres edición limitada, eso que quiere todo el mundo porque no se ve todos los días, porque es especial, y siempre algo que merece la pena conservar, porque es imposible de sustituir.