Sufres como si nada tuvieses sentido, pero finges como si nada hubiese cambiado.¡Ay mentira!...que sería de nosotros sin tu antifaz.
Pero la mentira desaparece y te deja desnuda y sola, como una pequeña hormiga en un mundo de elefantes. Te sientes abatida, y el dolor en el pecho te comprime aún más. Noches en vela en la que tu cabeza no deja de sortear imágenes sin sentido. Y recuerdas tiempos mejores, mezclando tu fantasía y tu sueño, tu ingenuidad y tu ignorancia, tu alegría y tu felicidad.
Pero sigue habiendo algo mal: ira, decepción, querer huir, correr, salir lejos de aquí...
Y rompes a llorar.