Pero hay algo raro, diferente, que me rompe los esquemas.
Al parecer, estoy llena de mariposas que se apropian de mi pensamiento, y que provoca que todo lo que tenía en mente se borre para dejar paso a algo que ni yo podría reconocer.
Estas mariposas revolotean sin cesar, y te llevan a un mundo aparte. Imaginas una vida paralela que sabes que jamás tendrás, pero es tan bonita, que te consumes en ella. Dejas de vivir la realidad, para vivir tu fantasía.
Y por eso, odio estas mariposas, porque me hacen tan feliz, que llegan a doler cuando se van.
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